Carabineros en la frontera: Paso Integración Austral
(6 de Junio 2011, www.elpinguino.com)
A 164 metros sobre el nivel del mar, 192 kilómetros distante de Punta Arenas, y con una temperatura promedio de -10º en invierno, que incluso puede llegar hasta los -30º, se encuentra emplazada, en medio de la pampa y las montañas, la Tenencia de Carabineros Monte Aymond (F), dependiente de la Primera Comisaría de Punta Arenas, y de la Prefectura de Carabineros Magallanes Nro. 28.
El jefe de Tenencia es el Teniente Jorge Pohl Marín, quien tiene bajo su mando a ocho funcionarios. Del total de la dotación, el 55% vive con sus respectivas familias, y los restantes se encuentran en calidad de disgregados. A pesar de vivir alejados de los centros urbanos, se valora la calidad familiar que se logra establecer, ya que al no existir mayores distractores, la comunicación se vuelve mucho más fluida, reforzando los lazos familiares.
En la Tenencia Monte Aymond (F), cuya jurisdicción es de 5 mil 979 kilómetros cuadrados, la principal función que se desarrolla es de soberanía, dado que son 95 kilómetros lineales de Límite Político Internacional (LPI) con Argentina, y que contempla 13 Hitos, tramo en el que se realizan patrullajes montados de soberanía y limítrofes de forma regular para, de esta forma, prevenir cualquier tipo de delito que pueda ocurrir en la frontera.
Al encontrarse el destacamento en medio de una basta extensión de terreno, en donde se desarrolla principalmente la ganadería, la prevención del delito de abigeato es una de las más importantes, razón por la cual se mantiene una estrecha relación con los estancieros.
Al mismo tiempo, a 30 kilómetros del destacamento se encuentra el poblado Villa Punta Delgada, el que cuenta con aproximadamente 300 habitantes, a quienes Carabineros les presta el resguardo policial respectivo, cumpliendo de esta forma con el rol de integración nacional.
De igual manera, el personal realiza regularmente controles vehiculares en la Ruta CH-255 y Ruta CH-257, aparte del trabajo que se realiza en el Complejo Fronterizo, en donde trabaja personal de Aduana, del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) y Carabineros. Aquí el flujo vehicular que se controla un día normal es de aproximadamente 100 vehículos, cantidad que se ve incrementada los fines de semana, momentos en que se duplica y hasta triplica la cantidad de automóviles que cruzan al territorio nacional.
En el Complejo Fronterizo Carabineros complementa la labor de los otros servicios mediante la intervención de “Max”, un labrador negro de 5 años detector de drogas, a cargo de su guía el Sargento Primero Rolando Fernández Santana. El ejemplar canino es el responsable de revisar cada vehículo particular y de transporte de carga y personas para verificar que no ingrese ningún tipo de sustancia ilícita a nuestro territorio.
La relación que existe entre Gendarmería Nacional Argentina y Carabineros de Chile, aparte de estar reglamentada, mediante una reunión formal mensual entre ambas policías, también cuentan con un contacto permanente y de mutua ayuda. Para esto han habilitado una frecuencia radial que les permite comunicarse con rapidez y poder asistirse cuando sea necesario.
Los días en el sector son visiblemente más cortos, ya que comienza a oscurecer cerca de las cuatro a cinco de la tarde, razón por la cual para muchos puede ser un gran golpe al principio. La tranquilidad del lugar es total, casi no ocurren delitos de robos ni hurtos. Las casas están muy distantes unas de otras y a veces el único ruido que se escucha es el del viento.
Aún así, bajo estas condiciones existen hombres capaces de dejar a un lado la comodidad y facilidades que entrega el vivir en ciudades, todo simplemente por cumplir con la labor de llevar tranquilidad, seguridad y respaldo a aquellas familias más apartadas, y que también necesitan sentir que existen personas dispuestas a ayudarles y asistirlas las veces que sea necesario y a la hora que lo requieran, por el simple hecho de cumplir con el orgullo de ser carabinero.